El Talón de Aquiles de la Nube / Por: Rodolfo Lomascolo, Vicepresidente de desarrollo de negocio de STS Group.

Hoy en día, podemos acceder a internet en todos lados, desde cualquier país o rincón del mundo, situación que ha beneficiado el desarrollo de nuevas tecnologías como la nube o más conocida Cloud Computing. Esta plataforma se está instalando con mas fuerza en America Latina, donde ya existen varias compañías que ofrecen este servicio, el cual, le permite a las empresas almacenar una gran cantidad de información, de manera permanente en servidores de internet, y a la cual, todos sus trabajadores pueden acceder de forma sencilla y rápida, a cualquier hora y en cualquier lugar, a través de un dispositivo móvil, como la Tablet, la BlackBerry o el Notebook.

Como todo servicio o producto tecnológico, la nube tiene ventajas y desventajas,  que deben tenerse en cuenta a la hora de elegir el entorno y el nivel de protección que nos ofrecen los proveedores de servicios. Las técnicas de seguridad han aumentado, pero los ciberataques también lo hacen día a día, como cuando el grupo Anonymous hackeo la página web del poder ejecutivo del Perú el mes de septiembre.

Es un entorno intangible y fuera del alcance físico del hombre, lo que provoca un sentimiento de inseguridad e incredulidad para muchos.

El Cloud Computing depende de internet

El Cloud Computing ha limitado la libertad de los usuarios, haciéndolos dependientes de los proveedores de servicios y de internet, ya que sin conexión o con la caída del servidor no puede funcionar la plataforma.  

Criticada por muchos, pero apoyada por otros, la seguridad de los datos, siempre ha estado en el tapete, por posibles problemas de legislación por las responsabilidades jurídicas que recae sobre los servidores del Cloud, y de protección de los mismos. Claro, si se piensa que la información recorrerá diferentes canales hasta llegar a su destino final, lo que provoca inseguridad para la empresa, más aún, si  se tiene en cuenta la posibilidad de que los datos pudieran ser mal gestionados o se pierdan, ya sea por uso fraudulento del software o piratería.

Son riesgos que hay que tener en cuenta, si se piensa, que la nube está mucho más cerca de lo que se cree, y el navegar por internet es cuestión de todos los días. Sólo basta con usar redes sociales como Facebook, Google, YouTube, o simplemente revisar el mail, para que nuestros datos se encuentren circulando con posibilidades de verse afectados.

Cabe preguntarse, ¿los documentos de una empresa que ha apostado por el Cloud Computing se encuentran protegidos? El problema es que muchas empresas han optado por relajarse en este aspecto y no están adoptando las mismas precauciones que lo harían con el papel. ¿Si guardamos documentos confidenciales de empleados – como fichas médicas o evaluaciones referentes a sus trabajos - en un “cajón” o bajo llave y del cual solo tiene acceso una persona? ¿Por qué no se hace lo mismo en el mundo digital, sabiendo que existe la posibilidad de hacerlo?

En la actualidad, la nube nos permite elegir modelos distintos con variados niveles de seguridad. Entre ellos, se encuentra la nube pública que está disponible para el público en general sin limitaciones, la semi-publica o híbrida que es la unión del modelo público y privado que se unen a través de tecnología estándar que facilite la portabilidad de datos y aplicaciones, y por último la privada que posee una infraestructura orientada a servir a una sola organización. Teniendo en cuenta los tres tipos, podemos como empresa, hacer una adecuada elección a la hora de contratar al proveedor de servicios que nos dé mayor seguridad, teniendo en cuenta el contrato, los resguardos que tendrá con la información y sus valores, ya que esta decisión junto con las buena gestión de su empresa, serán las que definirán su experiencia en la nube como buena, regular o mala.